¡Lee sus primeras páginas!
Tenis en la luna es un título que nos encanta, pero nos hace pensar… ¿Es el tenis un deporte para lunáticos?
No, en absoluto. La prueba es que es uno de los deportes más populares del mundo. El título es un pequeño misterio que el lector del libro logra resolver.
¿Por qué escribir un libro sobre la historia del tenis, responde a una pasión personal, o sencillamente es un deporte que da mucho juego?
Las dos cosas. Más que mucho juego, el tenis da muchos juegos y sets. En cuanto a la pasión personal viene de la infancia. Mis padres me regalaron una raqueta y ese es uno de los mejores regalos que se pueden hacer a un niño porque no solo le das un objeto sino que, con suerte, puedes crearle una afición para la vida.
Tu labor de documentación ha sido formidable, hablamos de un proceso de más de dos años. ¿Cómo se organiza tanta información? ¿Ayuda que el libro esté estructurado como un partido de tenis para poder procesarla y ordenarla?
Sí, la fórmula de organizar los capítulos como un partido de tenis sirve para que todo el material del que hablo fluya con el ritmo de un relato.
Es muy interesante que en el libro no solo se aporten datos estrictamente deportivos, sino que también se refieran escritos de humanistas, filósofos, artistas o poetas acerca del tenis. Los primeros documentos que nombran a este deporte se remontan a la Edad Media. Cuéntanos algo de los orígenes.
Creo que la aportación más original del libro es combinar los aspectos deportivos, que son los fundamentales, con los culturales, sociales e históricos. El origen del juego es un deporte llamado jeau de paume que se practicaba en las cortes francesas e inglesas a finales de la edad media y en el renacimiento. Llegó a ser muy popular y se hacían apuestas. La gente se lo tomaba tan en serio que dos reyes franceses murieron después de jugar, inventado así la muerte súbita con siglos de antelación. El tenis moderno surgió en Inglaterra a finales del siglo XVIII. Primero nació como un kit en el que venían las redes, las cintas que marcaban, el campo, las raquetas y las bolas. Tenías que montarte tu propia pista. Fue tal el bum por este nuevo juego que en el año 1872 dos personas crearon en Leamington Spa el primer club de tenis. Uno de ellos era español.
No te dejas en el tintero casi nada, y hablas de la evolución del tenis y su juego, sus reglas, su sistema de puntuación… ¿Hay algún avance que haya supuesto para ti la pérdida del espíritu del tenis? ¿Y con cuál te quedarías como el más necesario?
Los avances son, en general, positivos, pero siempre se pierde algo por el camino. Los materiales con los que se fabrican las raquetas en la actualidad permiten hacer volar las pelotas a tal velocidad que hacen casi imposible el antiguo y bello juego de saque y volea. Por otra parte, el ojo de halcón está muy muy bien, pero ya no saldrá otro McEnroe dando espectáculo con sus protestas a los jueces de línea.
En el tenis, como en el resto de deportes, la llegada de la tecnología para suplir las limitaciones del ojo humano o para tutorizar el rendimiento del atleta ha supuesto una revolución, especialmente en los últimos compases del siglo pasado. ¿Hemos tocado techo en este aspecto, o aún tendremos que asistir a nuevos hitos? ¿dónde está el límite para que la tecnología no acabe matando al espíritu más humano del deporte?
El tenis ha sabido evolucionar muy bien con la tecnología. Ha cumplido siglo y medio y le queda mucha vida por delante.
Uno de los aspectos que más nos llaman la atención sobre el tenis es su dualidad social. Hay pocos deportes tan ligados a las clases acomodadas y a la vez tan practicados por aficionados de toda condición. No hacen falta muchos recursos económicos para practicarlo, pero si se quiere encarar una carrera profesional, el tema cambia mucho. ¿Es necesario un mayor apoyo por parte de las instituciones públicas para que los talentos con menos recursos puedan tener las mismas posibilidades?
Creo que el tenis ha saltado las barreras sociales y lo puede practicar casi todo el mundo que tenga ganas y afición. Lo interesante es que siendo un deporte muy popular conserva el poso de elegancia de sus orígenes, algo que yo celebro. En cuanto a los niños con talento, creo que debe haber pocos que no puedan desarrollarlo pues los clubs saben descubrir a los pequeños que tienen potencial. Otra cosa es que, como en el fútbol, la mayoría de jóvenes talentos se perderán por el camino. La élite del tenis la forman muy pocos. Fíjate que desde hace quince años los torneos de Grand Slam se los reparten apenas cuatros jugadores, siempre los mismos. Son tenistas absolutamente fuera de serie.
El tenis, además, ha jugado también un papel destacable a la hora de acabar con otras barreras en nuestra sociedad (raciales, políticas o desigualdad de género). No resulta fácil encontrar otra disciplina deportiva en la que ellos y ellas sean tan reconocidos y aplaudidos por el gran público. ¿Por qué se ha logrado esta igualdad tan notable en el tenis, y cuesta tanto en otros deportes también muy populares como el fútbol o el baloncesto?
Es cierto, el tenis es seguramente el deporte más igualitario. Además, es de los pocos que incluye competiciones de parejas mixtas. El tenis es muy grande.
La galería de nombres pesados en este deporte es abrumadora, y en ella conviven los que han destacado por su técnica, y también por su personalidad. Constrúyenos al tenista perfecto eligiendo a las mejores figuras, bajo tu punto de vista, en estos campos:
- Técnica: Roger Federer
- Saque: Pete Sampras
- Juego en la red: Stefan Edberg
- Juego de fondo: Ivan Lendl
- Resistencia física: Rafael Nadal
- Resistencia psicológica: Rafael Nadal
- Golpe de derecha: Steffi Graf
- Deportividad: Alex Corretja
Si construyéramos un robot con todos esos jugadores saldría un tenista absolutamente invencible y el tenis se convertiría en un deporte aburridísimo. Siempre ganaría nuestro cyborg. Por cierto el sueco Björn Borg también podría estar en la lista.
Y para acabar, la pregunta obligada; dos nombres españoles (masculino y femenino) que vayan a dar que hablar en los próximos años.
Garbiñe Muguruza y Carla Suárez ya están dando mucho que hablar. En cuanto a chicos hay varios. Apuntan muy alto Roberto Bautista-Agut y Pablo Carreño, que en estos momentos están situados en los lugares 18 y 19 de la clasificación de los tenistas profesionales. Los dos son buenísimos.
Tenis en la luna ya está en las librerías españolas esperando que os decidáis a ser unos eruditos de uno de los deportes más practicados del planeta. Si queréis tener más información acerca de este título no dudéis en contactar con nosotros en info@nostromocomunicacion.com y marcaros un tanto de partido.